New York- Pieza 1










Llegué a Nueva York. Mi primer día en la isla. Hacía frío, pero no un frío que te hiela los huesos,
sino uno que con un abrigo se arregla. Estaba soleado, sin una nube en el cielo.
El vuelo fue relativamente fácil, aunque iba lleno, algo dormí, y la adrenalina de llegar no me la quitaba nadie ni nada.





En el viaje del aeropuerto JFK al departamento donde iba a parar, pasamos por el cementerio. El famoso cementerio de TODAS las películas en NY. Atrás de las miles de lápidas se veía la ciudad, las torres que a lo lejos parecen de juguete. Pensé en el Padrino 1.
Llegué al departamento, en Alphabet city, donde iba a pasar los próximos 18 días. No me acuerdo cómo entré, pero sé que me recibió John (mi tío postizo) y se que en el cuartito que pasaba a ser mío temporalmente, inflamos dos colchones de doble plaza (uno arriba de otro) para que me sea más cómodo.
Agarré la cámara y salí a recorrer.
Todavía los árboles tenían hojas, los colores cobre y dorado predominaban, pero todavía había verde -eso me daba mucha alegría-. Los murales y graffitis, mostraban y decían cosas que no entendía, no por el idioma, sino por mi estado de volar.
Reconocí el nombre de un restaurante, Root and Bone, uno de los últimos hypes del barrio. Había leído"fried chicken y shrimp and grits" como platos a resaltar. Entré y me hice mi primera amiga. Una mezcla de insinuación a que coma ahí, buena onda, y hermandad latina. La chica me hablaba en un español rápido. Se me perdían un poco las palabras por mi estado, pero me hizo entrar y sacar fotos y me sentí contenta. Decidí no quedarme igual, pensaba que era la hora del desayuno, y comer pollo frito de desayuno no era mi fuerte.
Seguí caminando y encontré otra cosa conocida gracias a los poderes de Internet. Clinton St. Bakery. Famoso, en mi mente, por sus panqueques, y qué mejor que desayunar panqueques?
Me senté, pregunté si podía sacar fotos y empecé. Me dieron un vaso de agua, me había olvidado lo lindo que no es que te obliguen a comprar bebida. Miré el reloj y eran las dos de la tarde, me obligue a almorzar. En vez de pedirme los panqueques que deseaba, me pedí una hamburguesa con papas fritas. Me di cuenta que mis papilas gustativas estaban viajando todavía, no sentía el gusto de la comida! GAHHH! Terminé de tragar, pagué y seguí caminando.


ah, era halloween, se nota?






























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Hola! Soy Oli. Me gusta comer, viajar, y comer (entre otras cosas).