En 2014, Camping abrió sus
puertas en la terraza de BA
Design. Una impactante caja
rectangular de chapa transparente, adornada con plantas congantes y una pequeña
vinería de madera, funciona como centro de pedidos y despacho. Tu pedido es
tomado por un grupo de “boy-girl scouts”
que te sirven en platos enlozados la comida en porciones abundantes. La experiencia
gastronómica continúa en las mesas comunales de madera, donde los
cubiertos se encuentran dentro de simpáticos frascos de vidrio. La ceremonia,
te transporta directamente a ese momento de tu infancia en que eras libre y
feliz, los campamentos. Rodeados de naturaleza, La Plaza Francia, en el barrio
de Recoleta, cubre ese papel en el espectáculo. Gabriel Balán, de 26 años, está
a la cabeza de este proyecto, y da la sensación que la felicidad del campamento
cubrió un enorme papel de su vida, “Creo que como toda idea, viene de muy
adentro, y es influenciada por todo lo vivido, suma de experiencias y
situaciones que pasamos por nuestra vida.
En mi caso, podría decir que mi origen
esta en los campamentos a los que iba todos los veranos cuando era chico, y
creo que debe ser el caso de mucha gente.
Estos campamentos se convirtieron en una
especie de lugar/momento sagrado, donde se hablaba de lo importante, donde la
propuesta era estar conectado con uno mismo, con los demás y con la naturaleza”
Dice. Y confiesa que, más allá de gestar la idea de hace mucho tiempo, la
película Moonrise Kingdom de Wes Anderson le dió un empujón de inspiración.” Desde
el día 1 comenzamos a formar un equipo de trabajo, que creo, fue clave para
armar Camping. Se comenzó a sumar gente de todas las disciplinas y eso fue lo
que ayudo a Camping ser lo que es” cuenta Gabriel. La otra parte del
proyecto, es Paco Savio de la agencia remolino, y el estudio de arquitectos de
IT MET, que desarrolló en lugar para que esté a la intemperie y que sea fácil
en la interacción con el comensal. El cocinero Francisco Gonzáles Alzaga,
conocido como “Pancho”, ayudó en el armado del menú, y en la trasformación de
la simple, y muchas veces aburrida comida de campamento, a lo que sería el
concepto de “shelter food”: comida de refugio, o comida nostálgica.
Desde milanesas crujientes y doradas de
carne de lomo, tortilla de papas a punto babé, ensalada de papas con aceite de
oliva premium y mostaza en grano y choclos cubiertos con manteca derretida. Como
único postre, la banana con dulce de leche de la marca Chimbote. Para tomar,
armaron su propia selección de cerveza y vino orgánico.
Pensando que no podía faltar las
canciones y el fogón, llevaron esa idea a lo contemporáneo y construyeron una
plataforma online donde Soledad Rodriguez Zubieta curó la selección de
canciones. Cada comensal con smartphone puede conectarse y elegir la canción
que todos escucharan en el momento. Asi, todos formamos parte de la experiencia
de Camping.
0 comentarios:
Publicar un comentario